En 1928, el farmacéutico estadounidense Jim Howe preparó gotas de calcio comestibles para ayudar a su esposa con la indigestión. El calcio ayuda a neutralizar el ácido y un exceso de ácido en el estómago suele provocar malestar. Incluso hoy en día, el carbonato de calcio se puede utilizar para ayudar a aliviar las molestias asociadas con la indigestión, los gases y la hinchazón.